Tradicionalmente, se ha entendido que las interacciones con entidades del estado y la mayoría de los trámites que todos los ciudadanos debemos realizar alguna vez en la vida están necesariamente acompañados de filas interminables, demoras injustificadas y una burocracia que implica una infinidad de fotocopias y certificados, todo, para que al final el estado pueda negar esa solicitud y desperdiciar el tiempo y esfuerzo impreso en un simple trámite. Ante esta necesidad, muchos gobiernos alrededor del mundo han intentado simplificar sus trámites, dando herramientas tecnológicas, sencillas y económicas ¿y como se ha denominado esta tendencia? El E-Government.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el E- Government es el “uso de tecnologías de la información y las comunicaciones en el marco de las estrategias de modernización para crear valor público”. Además, en su definición, el E-Government no está limitado a los órganos del estado, sino que permite interacciones con organizaciones no gubernamentales, empresas y asociaciones de ciudadanos e individuos que apoyan la producción y acceso a datos, siempre que estas interacciones se desarrollen por medio de las herramientas brindadas por el gobierno.
Para 2020, las
Organización de Naciones Unidas, por medio de su Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales, implementó una encuesta general de E-Government, en la
cual se evalúo a los 193 según sus esfuerzos para proveer servicios digitales
efectivos, responsables e inclusivos, con un especial énfasis en la
participación por medios digitales,
gobernanza de datos y capacidades para la transformación digital. Según esta
encuesta, los países más avanzados en esta área fueron Dinamarca, Corea y Estonia,
aunque se evidenció una voluntad política mayoritaria de utilizar medios
propios del E-Government en especial para atender lo relacionado con la
pandemia del COVID-19. Además, esta encuesta llegó a una conclusión importante
para países en vía de desarrollo como el nuestro: los recursos de un país no
son el factor crítico para el desarrollo del gobierno digital, el punto clave
es la “voluntad política, el liderazgo estratégico y el compromiso de realizar
avances en servicios digitales”.
En Colombia, actualmente existe un programa de gobierno digital llamado “Estrategia de Gobierno en Línea”, que pretende que no solo el Estado, sino también los particulares, se integren a la transformación hacía un Gobierno Digital en Colombia, resolviendo problemas de accesibilidad, tiempo y asequibilidad en las distintas diligencias que deben realizarse con intervención del estado. Ahora bien, Colombia, según la encuesta de la ONU, está en niveles “altos” en temas de E-Goverment, caracterizándose por su desarrollo de servicios online y su inversión en capital humano, pero ocupa el puesto 67 a nivel mundial en EGDI (E-Government Development Performance Index) puesto que da cuenta de una persistente necesidad de trabajo en su infraestructura.
Así, es claro que Colombia ya ha entrado en el panorama de la transformación a un gobierno digital; sin embargo, aún queda mucho por hacer para conseguir ese valor público que tanto se busca con la implementación de servicios digitales. No basta con solo invertir más en infraestructura como bien lo menciona la ONU, sino que deben darse herramientas de educación o de acceso a la tecnología que permitan que los particulares también se unan a esta tendencia, normalizando la implementación de recursos tecnológicos como la firma electrónica o el procesamiento digital de solicitudes, de manera que la transformación digital y el E-Government sea una realidad accesible, confiable y viable para todos.
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