La historia clínica es uno de los documentos más importantes en el sector de la salud. Contiene información confidencial, sensible y de carácter privado sobre el estado de salud, tratamientos, antecedentes y diagnósticos de cada paciente. Por ello, garantizar su confidencialidad, integridad y disponibilidad es no sólo una obligación ética, sino también un mandato legal en Colombia (Resolución 1995 de 1999, más abajo de contamos más)

La digitalización implica nuevos retos en materia de protección de la información. Aquí es donde la firma electrónica juega un papel fundamental para proteger la confidencialidad de estos documentos críticos.

La confidencialidad en la normativa colombiana

La Resolución 1995 de 1999, que regula la historia clínica en Colombia, establece que toda la información contenida en ella es confidencial, privada y de obligatorio acceso restringido. Además, la Ley 1581 de 2012 de protección de datos personales refuerza que el tratamiento de información sensible requiere medidas de seguridad reforzadas.

Por ello, las instituciones de salud están en la obligación de:

  • Garantizar que solo personal autorizado acceda a la información.
  • Implementar controles técnicos y administrativos que eviten filtraciones o accesos indebidos.
  • Asegurar la integridad y autenticidad de la historia clínica.

¿Cómo aporta la firma electrónica a la confidencialidad?

La firma electrónica no solo permite identificar al profesional de la salud que registra o modifica información en la historia clínica. También protege el documento contra alteraciones, asegurando que:

  • Cada registro es realizado por un profesional autenticado, evitando suplantaciones.
  • Cualquier modificación queda registrada, con trazabilidad completa: quién, cuándo y desde dónde se hizo.
  • El documento firmado electrónicamente es inalterable, a menos que se realice un nuevo registro que quede igualmente documentado.

Esto garantiza que la historia clínica mantenga su integridad, que no se pueda manipular sin dejar rastro y que cada acceso o modificación esté plenamente identificado.

Buenas prácticas para proteger la confidencialidad en la historia clínica electrónica

  • Autenticación robusta para el acceso: exigir contraseñas seguras, OTP esencial o biometría para el ingreso de los profesionales al sistema.

  • Firma electrónica para validación de registros: todo ingreso de información debe estar asociado a la firma electrónica del profesional responsable.

  • Controles de acceso diferenciados: no todo el personal debe tener acceso a toda la información. Se debe segmentar el acceso según el rol y funciones.

  • Trazabilidad completa: el sistema debe registrar quién accedió, qué información consultó o modificó y cuándo lo hizo.

  • Políticas claras de tratamiento de datos personales: la institución debe contar con protocolos formales y actualizados para el manejo de la información sensible.

La digitalización no solo moderniza la atención en salud: también impone una gran responsabilidad en la protección de la información del paciente. La firma electrónica, combinada con un sistema de autenticación y trazabilidad adecuado, es clave para garantizar la confidencialidad, proteger la integridad de los registros y cumplir con la normativa vigente.

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